El 14 de julio de 1970 fallecía Luis Mariano, su funeral en Francia fue multitudinario

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Fuente: Diario Vasco

Yo he nacido en un país maravilloso que se llama el País Vasco. Dicen que nací allí por azar… y es casi cierto. Por entonces, mis padres vivían en Burdeos, pero mi madre quiso en el último momento que su hijo naciera en Irún, en la misma casa donde ella vio la luz. Tuvo el tiempo justo en llegar».

Estas líneas escribió Luis Mariano en 1970, cuatro meses antes de su muerte, una muerta que empezó a manifestar sus síntomas en noviembre de 1969, con las primeras representaciones de la opereta la Carabela de Oro. Era visible que hacía esfuerzos por aparecer feliz y relajado, pero su risa no tenía la alegre resonancia de antes.

De enero a mayo, en tres ocasiones tuvo desvanecimientos antes de entrar en escena, demostrando que algo grave le sucedía. Su rostro demacrado preocupaba a los que estaban con él y solamente su voz conservaba la claridad de su juventud.

Cada tarde, llegaba al teatro un hombre agobiado e inquieto. Sobre la escena, cara a su público, Luis Mariano revivía… ¡pero a qué precio! El 21 de abril de 1970 fue invitado por el presidente de la República Georges Pompidou a la gran recepción de las Artes y las Letras del Elíseo. Realmente fatigado, Luis Mariano tuvo que hacer un gran esfuerzo para asistir. A la salida, Patxi Lacán, su secretario y amigo, que le esperaba en su Rolls, vio que Luis Mariano se paraba en las escalinatas, inmóvil, con la mirada perdida y con el rostro lleno de lágrimas se dirigía hacia el coche.

Luis Mariano trabajó todavía 19 días y este esfuerzo sobrehumano fue fatal para él porque a partir del 10 de mayo comenzó una tremenda lucha contra la muerte. Ese día tuvo la última representación en París de y el 22 de junio sufrió la primera hemiplejia en Arcangues.

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